Coincidiendo con la celebración en todo el mundo del Día Mundial Sin Tabaco, la Secretaría del CMCT de la OMS ha hecho un llamamiento para que se prohíban los ingredientes que se utilizan para realzar el atractivo y mejorar la palatabilidad del producto, como los edulcorantes y los aromatizantes. Estos productos están concebidos para hacer caer a niños y jóvenes en la adicción, poniendo así en riesgo su salud y su futuro.
El tema de la edición de este año del Día Mundial Sin Tabaco, «Desenmascaremos su atractivo: las tácticas de la industria con los productos de tabaco y nicotina al descubierto», pone de relieve que existe un reconocimiento cada vez mayor de que los nuevos productos de nicotina no son alternativas benignas o más saludables, sino que están diseñados para atraer específicamente a los jóvenes y hacerles caer en la adicción.
«Las industrias del tabaco y la nicotina tienen una larga y preocupante historia de estrategias agresivas de comercialización de productos nocivos, especialmente para los niños y los jóvenes», declaró la Dra. Adriana Blanco Marquizo, Jefa de la Secretaría del CMCT de la OMS. «Estas industrias se lanzan a por los jóvenes, y utilizan sabores dulces, unos empaquetados llamativos y mensajes engañosos para llevarlos a la adicción. Si bien estas tácticas pueden multiplicar los beneficios, su costo para la salud humana es devastador, y debemos actuar con urgencia y firmeza para ponerles fin».
El consumo de tabaco mata cada año a millones de personas, y la proliferación de nuevos productos de nicotina trae consigo nuevas amenazas, especialmente para los jóvenes, que se ven expuestos a la adicción a través de nuevas formas insidiosas.
Una de las tácticas más efectivas y peligrosas de la industria es el uso de aromas. Desde el mentol hasta el mango, estos aromas atraen a nuevos consumidores de nicotina, especialmente adolescentes, y enmascaran la aspereza del tabaco, lo que hace que sea más fácil comenzar a consumir o seguir consumiendo estos productos y contribuyen tanto al inicio del consumo como a su uso a largo plazo.
Ya en 2010, las Partes en el CMCT de la OMS reconocieron estos graves riesgos y recomendaron que se prohibieran o restringieran los ingredientes que realzan el atractivo y mejoran la palatabilidad del producto, como los edulcorantes y los aromatizantes. Más de 50 países han prohibido los productos de tabaco aromatizados. Con todo, a pesar de los avances, las Partes en el Convenio siguen enfrentándose a distintos desafíos a la hora de implementar de manera cabal las medidas, y los avances continúan siendo desiguales entre los países, en particular en lo que respecta a prohibir o regular la incorporación de aromas a los productos.
El CMCT de la OMS, el primer tratado de salud pública negociado bajo los auspicios de la OMS, constituye un tratado jurídicamente vinculante sobre el control del tabaco. Los artículos clave a este respecto son, entre otros:
- el artículo 9 (Reglamentación del contenido): empodera a los gobiernos para que reglamenten los ingredientes, incluidos los aromas, que realzan la palatabilidad y la adicción.
- el artículo 10 (Divulgación de información sobre los productos): obliga a divulgar toda la información relativa a los ingredientes, promoviendo la transparencia y ayudando a velar por el cumplimiento de la ley.
- el artículo 13 (Publicidad, promoción y patrocinio): obliga a imponer prohibiciones integrales de la publicidad, también en plataformas digitales y medios de entretenimiento.
- el artículo 16 (Ventas a menores y por menores): establece restricciones en cuanto al acceso de los jóvenes, incluidos los límites de edad y la prohibición de la venta cerca de las escuelas.
La regulación por sí sola no basta. La aplicación del artículo 5.3 del Convenio, que se ocupa de la injerencia de la industria, es crucial. Tanto esta disposición como sus Directrices para la aplicación obligan a las Partes a proteger las políticas de salud pública de los intereses comerciales de la industria tabacalera, y las instan a rechazar las alianzas, resistirse al cabildeo y mantener los espacios de toma de decisiones libres de la influencia de la industria.
Además, se insta a las Partes a que tengan a bien:
- Prohibir los aromas en todos los productos, incluidos los accesorios aromatizantes posventa.
- Insistir en el empaquetado neutro y limitar los elementos del diseño de los productos que puedan resultar atractivos para los jóvenes.
- Hacer cumplir la prohibición de la publicidad ampliándola a los medios sociales, la mercadotecnia a cargo de personas influyentes y el entretenimiento.
- Garantizar unos espacios públicos libres de tabaco y de nicotina a fin de proteger a las personas que no consumen estos productos y adoptar medidas para que este consumo deje de ser una actividad normalizada.
- Robustecer la aplicación de las restricciones de edad y regular las ventas en línea y la entrega.
«Este problema va más allá de la política pública: se trata de proteger a nuestros niños, nuestras familias y nuestras comunidades de unos productos que están diseñados para provocar la adicción y matar», agregó la Dra. Blanco Marquizo.
«Las tácticas de la industria tal vez estén evolucionando, pero nuestra determinación debe seguir siendo firme. El CMCT de la OMS y las decisiones de su órgano deliberante ofrecen una hoja de ruta. Pone a nuestra disposición los instrumentos para desenmascarar el atractivo de la industria tabacalera, acabar con sus tácticas y priorizar la salud sobre las ganancias. Con todo, nos corresponde a todos nosotros —gobiernos, responsables de la formulación de políticas, paladines, padres y jóvenes— hacer realidad esta visión. Debemos actuar ya».
Notas para los redactores
El CMCT de la OMS es el primer tratado de salud pública negociado bajo los auspicios de la OMS y tiene 183 Partes en el Convenio, que abarcan al 90 % de la población mundial. El tratado proporciona un marco jurídico y un paquete integral de medidas de control del tabaco basadas en la evidencia que se sustentan en el derecho internacional y que han salvado millones de vidas, como advertencias sanitarias gráficas de gran tamaño en los paquetes de cigarrillos, leyes sobre espacios libres de humo y un aumento de los impuestos sobre los productos de tabaco, entre muchas otras. Cada año, la celebración del Día Mundial Sin Tabaco sirve para informar al público sobre los peligros del consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, qué está haciendo la OMS para combatir la epidemia de tabaquismo y qué puede hacer la población en todo el mundo para reivindicar su derecho a la salud y a una vida saludable y para proteger a las generaciones futuras.
Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud crearon el Día Mundial Sin Tabaco en 1987 para llamar la atención a escala mundial sobre la epidemia de tabaquismo y las muertes y enfermedades prevenibles que causa. En 1987, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la resolución WHA40.38, en la que se pedía declarar el 7 de abril de 1988 «día mundial sin tabaco». En 1988, se aprobó la resolución WHA42.19, en la que se pedía que el Día Mundial Sin Tabaco se celebrara cada año el 31 de mayo.