La campaña del Día Mundial sin Tabaco alerta de los efectos medioambientales causados por la industria tabacalera

31 de mayo de 2022
Comunicado de prensa
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La Secretaría del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS) se enorgullece de participar en la campaña del Día Mundial sin Tabaco de este año, en la cual se señalan los perjuicios para el medio ambiente causados por la industria tabacalera y sus productos y se promueve la adopción de medidas para que dicha industria asuma responsabilidades por tales daños.

En esta ocasión, la Secretaría del CMCT de la OMS colabora con el PNUMA en su campaña Mares limpios, que reúne a 63 países comprometidos a poner fin a la contaminación marina por plásticos, a fin de concienciar sobre los efectos en el medio ambiente y la salud de los microplásticos contenidos en los filtros de los cigarrillos. Además, la OMS ha previsto impartir seminarios en línea junto con el PNUMA y otros asociados. La Secretaría del CMCT de la OMS también ha elaborado un video promocional y contenidos para las redes sociales como parte de la campaña más amplia del Día Mundial Sin Tabaco.

El problema medioambiental causado por el tabaco

Cada año, ocho millones de personas pierden la vida debido al consumo de tabaco. Además, el cultivo y curado de las hojas del tabaco destruyen 200 000 hectáreas de bosques, que equivalen a unos 600 millones de árboles. Por cada 15 cajetillas de cigarrillos vendidos, se tala un árbol.

Por otro lado, la fabricación de cigarrillos emite cada año casi 84 millones de toneladas de equivalentes de CO2 (una cifra similar a la emisión anual total de algunos países) y, de ese modo, aumenta el calentamiento del planeta. En dichos procesos de fabricación se utilizan además 22 000 millones de toneladas de agua, es decir, más de 2,5 veces el suministro anual de agua para toda la población del Reino Unido.

Las empresas tabacaleras fabrican 6000 millones de cigarrillos al año que consumen 1000 millones de fumadores en todo el mundo. Los filtros de estos cigarrillos están compuestos principalmente por microplásticos (concretamente, por fibras de acetato de celulosa). Diga lo que diga la industria tabacalera, no se ha demostrado que los filtros protejan a los fumadores de los daños que causa el tabaco.

Las colillas son el desecho más numeroso del mundo y suman cerca de 766,6 millones de kilos de desechos tóxicos anuales. Son también los desechos plásticos más frecuentes en las playas y, por ello, los ecosistemas marinos son más vulnerables a la fuga de microplásticos de los filtros que contienen. En estos microplásticos hay sustancias químicas peligrosas que, tras su ingestión, aumentan la mortalidad a largo plazo en los ecosistemas marinos, afectando a aves, peces, mamíferos, reptiles y plantas.

La industria tabacalera invierte mucho dinero en lavar su imagen corporativa y sus actividades, por ejemplo, financiando programas de limpieza de los desechos de los productos de tabaco e informando de las normas medioambientales que cumplen y que, a menudo, establecen ellas mismas.

Algunos países han adoptado el principio de que quien contamina, debe pagar la limpieza y han aplicado leyes que amplían la responsabilidad de los fabricantes y obligan a las empresas tabacaleras a limpiar la contaminación que generan.

De conformidad con los artículos 17 y 18 del CMCT, relativos al apoyo a actividades alternativas viables y a la protección del medio ambiente, así como con sus directrices conexas sobre políticas, la Secretaría del Convenio Marco de la OMS pide a los gobiernos que regulen mejor el cultivo del tabaco y que ayuden a las personas de todo el mundo que se dedican a él a adoptar prácticas agrícolas alternativas y respetuosas con el medio ambiente.

Otras medidas que pueden aplicar los países son imponer impuestos más altos al tabaco (incluida una ecotasa) y ofrecer servicios de ayuda para a dejar de fumar.